Un capítulo real de la imaginación

Yo amo a los Animales. Bueno, también a los animales, por supuesto, pero en este caso me refiero a los Animales. Es una de las batallas que mantengo en el mundo de la ilusión. Seis o siete delincuentes se sienten comprometidos y viajan para luchar debajo de un sol durísimo, contra deportistas más jóvenes y fuertes. Entonces, cada mañana de domingo hay una fiesta con menos sentido en estos días que lo que regularmente tiene, que se pone de cualquier color en cualquier momento.

La ilusión es un mundo tan dulce. Entras a la cancha y te da la impresión de que todo está siendo transmitido en vivo a todo el mundo y que las gradas están llenas (cada vez hay más público, realmente). Entonces, en serio tenemos un público que nos exige como hinchas de futbol y para los cuales también es importante el juego. La fe ejercita la imaginación.

Entonces, los Animales ya clasificaron a la semifinal, que jugaremos el próximo domingo contra los Cañones. No voy a sangrar aquí, pero me lo voy a tomar con cierta seriedad. Ensaladita de aquí al domingo, poca cerveza durante la semana y ejercicios nocturnos y matutinos. Es que estoy hecho un gordo. Corro diez cuadritos de cerámica y ya estoy cansado (es una exageración, son como quince cuadritos).

Así que esta va a ser la semana saludable del año. Además, desde que diciembre entre en lleno, voy a comer y beber como un pastor alemán.



Aquí celebrando alguna tabla mía o remate de Collins.



Tiempo pedido.



Dos ex-Tirapiedras.