martes, marzo 29, 2005

Big Bang

En la realidad no somos coherentes con la telepatía. Un pequeño big bang arde en el bolsillo de la camisa, pero la verdad podría ser suicida, o en el peor de los casos, cortaría la sensualidad de cada momento de incertidumbre. La sospecha interna los delata en un espectro, los oculta en otro. Sólo tendrá la flor de la mesa aquel que la deje llegar a su mano valiéndose de sí misma. Si alguien agarró una interferencia, es posible que una silla quede sin cuerpo. Sostengo un cigarro con torpeza, digo cualquier cosa y si supieras lo que estoy pensando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Existe un ímpetu (otra herramienta de comunicación) se valdrá de cuanto pueda para explosionar el átomo oprimido en el pecho, sin importar la pereza y el mutis…. Es una energía que se afana transformarse y transformar.