lunes, julio 23, 2018

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-       No existe un animal más palomo que el tíguere de barrio, jefe.
-       Coño Paulino, ¿tú ‘tá en droga?
-       Es que el tíguere mata por diparate, roba por diparate, siempre jode a la fuente. Mi mamá siempre decía que “el que jode la fuente, se jode”.
-       Y el que habla mierda también se jode, Paulino, ¿tú no te ‘tá dando cuenta de lo jodío que ‘tamo?

Chindler ya no tenía tiempo. Hace unos años sonó para Jefe de la Policía, pero hoy solo era jefe de Paulino, un muchacho inteligente, pero que no tiene tigueraje. Cada vez les pasaban casos menos importantes, y su sexto sentido le decía muy claro “que esa era una señal medio rara”.

Paulino no tenía un pasado. Lavaba cada noche con champú su cachucha de las Estrellas Orientales. Desde que se cepillaba los dientes,  -¡ziap!- se la encaquetaba con esperanza.

-       Oye ahora, que a un riquito le robaron su computadora.
-       Ningún caso es malo, don. Lo que hay que hacer es resolverlo rápido.

Chindler tapaba la ventana cuando se asomaba con la mirada de quien lo sabe todo y por eso no cree en nada, con sus libras adquiridas a través de una permanente ambición gastronómica.

-       Don, lo que pasa es que a nosotros nos dan los casos para policías inteligentes. Los otros, se los dan a los otros.
-       ¿Tú me ‘tá diciendo gordo, Paulino?

Paulino arriesgó una sonrisa y a Chindler no le quedó más remedio que reírse. Ahí se pusieron a revisar la querella, huellas digitales, la víctima, todo lo que les permitiera “arrancar por el principio”, la frase de ataque de Chindler que Paulino odiaba, pero a la que otorgaba la sonrisa de cortesía de siempre, reacomodándose la gorra de las Estrellas. En el fondo, aunque no lo quisieran admitir, sabían que este trabajo no iba a ser demasiado fácil.

-       En esas hojas hay correos del carajito.
-       Sí, eso vi. ¿Quién lo diría? El tipo vive como en depresión.
-       Tan contento que se ve en redes sociales.
-       Tiene que buscar terapia urgente.
-       Qué va, que se meta su droguita y no llore tanto.
-       ¿Cómo así, Don?
-       Las terapias son más caras que las drogas. 
¿Tú has visto a un pobre dizque "tengo que ir a mi terapia"? Eso es de ricos.

Suena el celular. K.T., una policía que trabaja en coordinación, los llama y les confirma la asignación de un vehículo, durante el caso.

- Juye, vámonos Paulino, antes de que lo coja otro.