Querido Isaac:
Te escribo desde el quinto cielo de la Plaza Compostela, con más gripe que ideas, como si faltaran sinutabs y sobrara presente. Santo Domingo hace rato que está aburrida y sentada en el rincón de algún local vacío en el que hubo un bar.
Precisamente ahora que la vida me da turno, el desierto se mete en las calles, la crisis nos deja a varias esquinas del barrio de los besos pendientes y la gasolina se encuentra sólo en las estaciones de radio.
No recuerdo cuándo fue la última vez que escribí, pero seguramente fue después de descubrir que estaba contaminado de mí mismo, descubriéndome repetido en algunas páginas.
Poco después vino el período de lectura, de autocrítica y claro, el complejo. Entonces no he podido escribir otra cosa que no sea teléfonos, direcciones.
Quisiera hablar de la innecesaria sobrevaloración de la sinceridad, y de las mentiras piadosas que evitan heridas. Quisiera demostrar que la palabra sangra, contar historias, evitar oraciones inertes, escribir vainas de odio contra el mundo y luego reconciliarme con él. Pero hoy no estoy en pendejadas.
4 comentarios:
Prefiero leer un Janio contaminado de sí que de otros, o peor aún, contaminado de nada...
janiet!!!
por fin... algo muy esperado... una respuesta a una pregunta que me hiciste hace muuuuuchos años... se responde el 19 de noviembre en casa de teatro...
tributo a alanis!!!! si, por mi! :D
¡Hasta que por fin lo haces, Mich!
Y en un bonito escenario, voy a llegar temprano para estar en primera fila. Qué bueno, se ilumina un poco noviembre.
Mucha suerte y besos pa' ti.
Un beso a Laura con los ojos aguados.
donde esta el poeta demente???!!
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