Rompieron la costumbre virtual, recordaron al amor en el centro de un abrazo, donde no cabía nadie más que ellos, él besó su hombro tratando de que los labios tocaran el alma, ella reía y sus ojos tuvieron el gesto de borrón y cuenta nueva; total, nunca sabrán si la distancia se la inventaron ellos, otra persona o el silencio. Al final, una mirada dejó claro que las promesas sobraban, que era mejor delegar el destino al tiempo y que no caería mal volver a jugar del mismo equipo.
2 comentarios:
Oh, Janio, ¡qué cosas tiene la vida! Justo cuando leo ésto y ¡paf!
O tal vez nunca sucedió... o sí pero ninguno sabrá la verdad de lo que pasó, por parcial. ;)
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