Me quedé un rato mirando el espacio vacío y ahora veo en todas partes tu facha de holograma. Bajé sintiendo que me esperabas y subí. Alguien me llamó en la recepción de la oficina y tu celaje cayó sobre la cabeza del lavador de carros del parqueo, que había ido a cobrar. Entonces, te dibujaste en las paredes, el inodoro, en el ascensor.
Quise erradicar al fantasma pensando en la cantidad de distracciones que existen en el mundo, guerra, literatura, chicas, naturaleza, tecnología, rock, Argentina, Barcelona, París, los planes, el trabajo diario. Pero sigo en lo mismo que al principio.
1 comentario:
A Mel.
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