jueves, noviembre 26, 2009

Riviú



Estos días han sido emocionantes. He vuelto a sentir un placer enorme al leer y escribir. Me estoy leyendo hasta las instrucciones de las medicinas en casa y me pongo canciones como metas y las cumplo. Época fértil, por fin, después de mucho tiempo de sequía, envidiaba a los amigos que parecían tener una canción nueva en cada encuentro.

Me preocupa la presencia cada vez más alta de la autobiografía, pero ya estoy en preocuparme menos por todo en la vida. En estos días he revisitado el disco "Rock 'N' Roll" de John Lennon y babeo con "Sweet Little Sixteen", esa personalidad arrolladora, esa voz salvaje... y entonces llegó a mis orejas "Vinagre y Rosas" de Sabina, como a darme clases de poesía y de la vida, con oportunísimas y hermosas canciones. Esto ha acentuado mi obsesión por lo perfecto, no sé si debería preocuparme. No quiero acabar como el loco de A Beautiful Mind, con dos "amigos" imaginarios más locos que él y que yo.

Hace unas cuantas noches, El Poeta y yo acudimos a una cena bajo la luna con la gran Xiomara Fortuna. Increíble mujer, gran artista, que respeta y se respeta mucho, como debe ser. Tuvimos una larga y divertida conversata hasta el principio de la madrugada, embriagados con su experiencia, su sentido del humor, su disposición para responder nuestros constantes interrogatorios involuntarios. Imaginar que comimos algo que hizo con las mismas manos que tocaron An Ale, Anita Baisabi, Leyenda Congo; hace sentir a uno afortunado. Hoy iré a verla una vez más a Casa de Teatro, en su última presentación allí, este año.

Canté con Vicente Cifuentes en la presentación del disco "Artesano", mi canción favorita del domínico-chileno más querido. Se llama "Vienen" y ahora no quiero perderme ni un compás cada vez que se toque. Nace un buen cantautor precoz.

Luego, en cualquier momento de la semana, estuve en un juego Licey-Gigantes, y muy a pesar del brutal acoso de los buscones hasta la misma ventana de la boletería, fue cómodo entrar y salir, el Licey ganó, los baños no estaban pésimos, Erick Almonte cogió la cuerda con los fanáticos, en fin, sigue siendo un lugar pintoresco el estadio.

Sigo con atención las noticias de la gira de Juan Luis Guerra, porque debo ser la persona que más desea que termine, de una vez por todas, y Allan deje la selección y vuelva al equipo. Se perderá el primer concierto de diciembre, y en su lugar tendremos otro peso pesado, el científico, Alexis De Peña, uno de mis favoritos y más emocionantes. Luego el menor de los Leschhörn se integra al día 10 y 17, además de continuar-finalizar la producción del disco. Espero que La Travesía regrese sin problemas, a puerto seguro, pero que llegue ya. Allan viene, arrepiéntete.


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