martes, octubre 26, 2004

Cacao

En este momento, hora pico del trabajo diario, deseo estar en la playa. La naturaleza es una tentación irresistible en estos días, Nat me llama y me ofrece casa de campaña en Las Terrenas, Samaná (El Paraíso) y por supuesto que la ansiedad ya me ubicó en un rincón, en el centro de una constelación de palmas.

La suerte mía y yo casi no nos vemos en el día y resulta que me enteré de que precisamente ese fin de semana debo atender asuntos médicos familiares y no podré ir. Ahora estoy ensayando de qué manera me voy a arrodillar para ver si mueven el viaje una semana más. Sé que es casi imposible, pero los amigos que rezan me han dicho que lo último que debe perderse es la esperanza. Mi abuela decía que la cordura.

http://www.paraiso-tropical.com/ltphotos.html

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