Ultimamente estoy sensible a las energías. Pero como ahora los ratos los elijo yo, tengo toda la intención de vivir con intensidad las sensaciones que me acompañan. Lo que veo con alegría, lo vivo más adelante con euforia; lo que veo con tristeza, me sirve para escribir media página y lo que veo con sensualidad, me deja un sabor a fresa, olor a piel y esperanza de chocolate. Sobre todo hoy, que es viernes, es bueno tener el mando, dominar las emociones y escoger los lugares a través de tu corazón. Si tu corazón pide una sala, agrégale un pote. Si pide calle, busca dónde sentarte a conversar… ya casi nadie percibe el valor de una buena conversación, ni aprecia el ingenio de hacer reír a quemarropa, en menos de un instante, con menos tiempo para decidir, que el que se toma Ronaldinho para ejecutar una jugada clave. Disculpen la edad, pero los años, por desgracia, te ponen un poquito más apartado de la pista de baile y más cerca del foro interactivo. Y el arte de saber callar hace que tus gestos se vean más elegantes. Pero vamos, muchachos, no nos pongamos serios, que hoy es viernes y la lengua empieza desde ya a dejar caer las palabras, ensayando su próximo baile con los placeres de la vida. Chequéense parte del texto “La Salud de los 90”, escrito y recitado por Antonio Escohotado. Aparece en la canción “Nunca es Igual” de Andrés Calamaro. Bárbaro, Antonio. Bajen la canción. Pronto pondré fotos suyas. Elijan sólo buenos ratos, apaguen la televisión, aléjense por un momento de esa cosa fea de papel que lanzan los periodiqueros. Llegó la hora, llegó, llegó, como dice Caetano.
1 comentario:
me encanta lo que escribes.
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