miércoles, noviembre 10, 2004

A propósito del clima

Frío y caliente


Al principio las cosas marchaban frías, con el viento fuerte en las calles que entraba escurridizo por las grietas más estrechas de la ventana, disfrazado de silbido. La temperatura casi congelaba los cuerpos solitarios acostumbrados al calor infernal de un sol de doce meses. Yo en la sala. Ella en la sala. Hace mucho que no nos veíamos, la vida dio tantas vueltas, cada cabeza es un mundo y el mundo allá afuera es tan grande. Ahora los dos somos licenciados, en qué año te graduaste, otro trago más no hará daño, el tiempo es corto, cuidado con el vaso, risas, ponle más alcohol y salen de la armadura. Y antes de que sobrándole las sonrisas involuntarias ella dijera que el frío hace cosas, mi dedo había tocado su hombro por debajo del delicado nudo de tiritas.

Y sintió cada línea de mis huellas digitales caminando hasta el último kilómetro, mi voz hasta el final del oído y posteriormente los pinceles lucharon en cámara lenta, sin música, con las respiraciones cálidas abrigando el aire. Y el tacto firme sobre sus labios, los dientes abrazando suavemente los finales de su pecho y las manos salvajes siguieron sus instintos. Agarramos la sábana y la echamos a la chimenea.

No recuerdo lo que pasó el día siguiente, pero seguramente las cosas marchaban frías y el verano llegará esta noche, como a las ocho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La lluvia, también el frio... todo parece lo mismo, pero ahora que lo dices se pone diferente.

Gracias por el VIP.

Renny R.