Rubén ayer cumplió veinticinco. Cerré los ojos y había una fiesta con invitados ilustres. El son no puso a esperar a nuestros pies. Tocaba como nunca Carlos Vargas, los Cazafantasmas bailaban, habían llevado sus instrumentos por si acaso. En el patio aterrizaba Lobo del Aire, y salieron por la compuerta negra casi todos los Gobots, El Galáctico y Daniel Santos, que dos horas después cantaba a dúo con mi hermano. Rubén se unió al club y Chun Li le dio la bienvenida al bar con su faldita aún más corta y los delicados panties azules. Feliz cumple, astronauta y tolete.
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