Señora, es un honor que me haya invitado a un café en la sala de su cabeza, porque a través de sus ventanas puedo ver un montón de cosas que incluyen la luna.
Gracias por traerme a colación, cuando la lluvia llueve y el día no es tan claro; no porque se fue el sol, sino porque hoy la noche trabaja horas extras.
Por aquí queda un eco débil -pero consistente- de su desorden capilar y ordenado cerebro.
Le dejo junto al teléfono un condenado abrazo y un asqueroso beso,
con húmedas huellas en el piso de la higiénica sala.
6 comentarios:
Buena imagen.
a veces quiero dejarle esa nota a mi abuela, eso ta mal?
y para que CHIO fue esta prosita?
mas clara no pudo ser!!
me encanta como escribes janio!!
el relato de la meada me mato!! demasiado bueno!!
era increible como se podia ver clarita esa escena!!
cuando pares un libro?
quiero copia autografiada!!
Me he dado cuenta de que tengo buenos amigos. Los quiero a todos.
date una vuelta por:
http://esunblogsinletra.blogspot.com/
como siempre... buenísimo
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