jueves, noviembre 29, 2012

VU Mag / por Ralph Joseph

1- ¿Cuál fue la primera vez que te presentaste como proyecto solista y dónde?
En el 2000, en Casa de Teatro. Sobreviví al Y2K y aún con la resaca me presenté -no sé por qué- con una banda de rock. Mientras uno va armando un plan, la vida va desarrollando el suyo, Yupanqui dijo "pero la vida tiene otras letras"... Las preguntas sobre el pasado me inquietan, es lo único que me hace querer volver atrás, para hacerlo todo distinto. Naturalmente, empecé haciendo covers, aunque ya de manera formal, con mis propias canciones, lo hice seguramente por el 2006, en Cinemacafé.

2- ¿Qué te llamó a ser cantante?
Siempre lo fui. En la barriga ya cantaba, la gente rodeaba a mi mamá porque no lo creía, decían que había llegado Cristo o el Anti-Cristo. Qué exagerados. Recuerdo que cantaba canciones de Silvio Rodríguez, y eso no le gustaba mucho a los balagueristas. Luego, me aprendí varias de Elvis, y no le gustaba mucho a los comunistas. Así que transigí, me aprendí "Mi Escuelita" y "Pío Pío", y me fue excelente en política.

3- Has colaborado con muchos artistas, ¿cuáles han sido las colaboraciones más memorables de tu carrera y por qué?
Cuando subo con Patricia Pereyra a un escenario, mi alma estalla y no cabe en un salón. Y vivo sensaciones de igual intensidad (y diferentes formas) con grandes como Víctor Víctor, Marel, Pavel, Xiomara, Sonia, y con los más jóvenes como Zoom, Cifuentes, muchísimos más. He tenido la suerte de hacer excelente química con auténticos artistas, tengo el enormísimo privilegio de que a menudo me invitan a cantar los amigos. A veces, pienso en eso, en con quiénes he cantado y me quedo mudo, emocionado. Eso siempre trae una conexión especial, con cariño y profunda admiración. Toda colaboración es muy interesante, enriquecedora.


4- En el plano internacional te has presentado con un sinnúmero de artistas, ¿cómo describes esta experiencia?

Como crecimiento puro. Aprecias y desprecias cosas que haces, aprendes que las canciones crecen, se desarrollan, se multiplican y mueren. Aprendes que los versos se transforman en las maletas, y que tú música se hace única gracias a tus errores. La perfección es un standard. Aprendes que eres una porquería interesante. Como ves, han sido experiencias que se van conmigo por la eternidad.

5- ¿Qué se siente estar en la misma tarima de Fito Páez?
Se siente una energía enorme, una emoción que se parece a la grandeza y a la soledad. Yo era casi adolescente, estaba empezando cuando lo viví, y tenía la sensación de que estaba cantando justo en el ojo del huracán, que luego venía un monstruo arrollador. Y fue lo que pasó. Fito fue muy cariñoso, aunque me llamó la atención lo malhumorado que estaba con los demás, andaba con muchísima prisa. Lo que más recuerdo de esa noche, fue que alguien tiró una cerveza al piso del camerino y casi me rompo la espalda. El maestro Páez me mandó a buscar para que fuera a su camerino y no llegué por la caída. El dolor me lo recuerda cada día. Pero aprendí mucho. Creo que no vuelvo a ser telonero de nadie que no sea Calamaro.

6- ¿Cuáles músicos han militado en tu proyecto y cuáles están actualmente?
Es una lista muy larga para mi memoria. Pero debo mencionar primero a David Vásquez y Karel Kalaf, porque fueron el botón de START, junto a Ely Vásquez y Mayito García, quien me prestó su estudio para que grabara mi disco. Un gesto increíble. Y luego, Federico Méndez, Peter Nova, Oliver Domínguez, Bolívar Gómez, Boli Lingopoff, cuánto lujo, ahora que lo pienso. Y desde hace mucho, me acompañan Allan Leschhörn, Omar Rivas, Janiomike Collins, David Taveras y el mismísimo Ely.

7- ¿Cuáles diferencias puedes resaltar entre "Ahora Mismo" tu primer disco y el segundo, "Rock 'N' Ron"?
Después de mucho pensar sobre eso, puedo resumirlo así: "Ahora Mismo" salió. "Rock 'N' Ron" lo hicimos. En el primero era un niño que cantaba nervioso, porque me grababa el ingeniero de Juan Luis Guerra y cantaba entre músicos experimentados. En el segundo, ya tenía más claro lo que buscaba, opinaba más, trabajaba alrededor de una misma idea... sin embargo, los dos discos salieron tres años después de que estaban hechos. Eso duele, porque empiezas a tocar algunas canciones cuando ya el momento pasó.

8- ¿Qué te inspira para escribir tus canciones?
La necesidad, la lectura, un buen baño, un whisky a las rocas, la idea de que una mujer bella (y desnuda) suspirará por mí cuando la escuche, la fantasía de que alguien le dirá a Dylan o a Sabina "hey, tienes que escuchar esta canción", me inspiran mis propias experiencias, lo que aprendí de ellas, y la cercanía de la muerte... al menos hoy. Quizás mañana me inspire otra cosa.


9- Hemos notado que siempre has sido un artista que apoya las causas y los movimientos sociales, ¿nos puedes abundar en esto?
Apoyo las causas y la gente que tienen sentido para mí. No exagero con eso, porque llega un momento en que cualquiera sin pensar ni un minuto arma una "causa" y cuenta contigo porque eres gratis y buena onda. Entonces, eres un héroe una noche y a la siguiente el mismo que te llamó no va a tu concierto, para no pagar una miserable entrada. Tampoco me gusta aprovechar la necesidad de un pueblo, para que la gente me conozca. Aquí la gente se siente orgullosa de gente famosa que nunca ni se asoma por una de esas actividades. Además me pone muy nervioso el lado oscuro, el interés que puede haber detrás de un movimiento. Yo soy respetuoso con mi papel y con el de los demás. Soy cantautor, cantante, compositor, qué sé yo... desde ahí digo lo que pienso cuando la emoción mande, pero no me siento obligado a opinar sobre todo ni a reclutar gente. Hoy "la verdad" está en tantas manos, que no se la creo a nadie. Pero me parece gravísimo que el Gobierno, de cualquier color, no cumpla la Ley de educación, que haya cientos de ladrones con saco y corbata robándose el presente y futuro de generaciones completas. Me jode que un imbécil delincuente con un carguito se bañe con nuestro dinero, mientras yo me meto en líos para poder sacar un disco, mientras hay gente que no tiene para comprar comida. Entonces, cuando siento y veo que hay sentido común, apoyo hasta dejar el pellejo, si es necesario. Pero tampoco soy un politiquito que canta, ni un angelito que aumenta sus followers atento al dolor de muchas almas.

10- ¿Cuáles son los nuevos proyectos de la banda? ¿Ya están presentando canciones nuevas en los conciertos?
Estoy en proceso de cambio. En catarsis. Y de esos procesos salen muchas canciones, nunca había hecho tantas en tan poco tiempo. Hemos presentado varias en los últimos conciertos, para ir probando y tocando un nuevo repertorio. Pero todavía no tienen forma definitiva, ni mucho menos. Este año he estado un poco escondido, trabajando eso que quiero que sea mi mejor conjunto de cantatas. Y vienen cosas bastante raras y divertidas por ahí.


11- ¿Dónde pueden nuestros lectores darle seguimiento a Janio Lora en las redes sociales?

www.janiolora.com, @janiolora en Twitter, facebook.com/lorajaniojaniolora.bandcamp.com,soundcloud.com/janiolora, thesixtyone/janiolora y así, sucesivamente... Hay más casillas de status que emociones...







miércoles, octubre 17, 2012

CIFUENTES VICENTE Y AL REVÉS


Su disco "Jajajajajá" reúne culturas en la canción.


Conocí a Vicente cuando era un joven fantasma con una mano (la otra funcionaba como gancho para sostener el estuche de la guitarra), y aunque era menor de edad, de inmediato supe que era un viejo trovador. Me invitó a cantar una canción que nunca cantamos, y  de amigo en amigo, terminamos siendo hermanos. Fui conociendo sus canciones, su proceso creativo, me iba metiendo en su mundo, y ya en la presentación de su primer disco, "Artesano", vi en primera fila el nacimiento de un cantautor culto, interesante, sensible y con sentido del humor.

Y rápidamente Vicente encontró a Vicente. Claro, con la ayuda decisiva del desamor, de Yupanqui, de botellas de ron, del maestro Ordóñez, de muchachas complicadas, Chico Buarque, Víctor Jara y El Terror. Cada cierto tiempo lo asaltan, le roban sus teléfonos y al menos las prostitutas del malecón lo dejaron conservar su guitarra, saliendo de un colmado al que invadió a punta de canción, una madrugada cualquiera.

Sentí la necesidad de compartir lo que observaba y busqué entre amigos a quienes les divertiría esa cosa rara que ya desarrollaba Vicente, entre tango, bolero, bachata, trova, ese nacer en Chile, crecer aquí, volver allá, volver aquí, nacer aquí, crecer después... y al revés.

Sus ya varios cuadernos llenos de una irregular caligrafía expulsan una difícil selección de nueve canciones que empiezan con el dulce "cuando hablo de ti, hablo de las cosas ventana y cristal", porque la simbología, la ternura y el humor negro son los colores de su piel, rozando a menudo el absurdo, porque las palabras son sus notas musicales, mientras la música es su forma de escribir.

Aparece el poeta, chofer, contador, su pequeño computador, el doctor, el sol, la canción, en fin, todas las herramientas con las que nos cuenta que "todo es comienzo, y todo es común", acompañado por una agradable línea de bajo y sorpresas de elementos cotidianos, como bocinas (fingidas por los instrumentos), cortes, hasta llevarnos a subir de tono y dejarnos arriba para recibir su primera bachata.

"La Bachata del Vigilante" es la que revela con mayor claridad la presencia e influencia del maestro Juan Francisco Ordóñez en la banda. Aparecen guiños a la trova cubana, a Víctor Víctor, por supuesto a Luis Días, sin tratar de imitar a "Mi Guachimán"; este es un "vigilante" chileno sentado en la miseria criolla.

Entonces, nos encontramos a "Vienen", la única canción que existe en los dos discos del cantautor. Con divertidas imágenes, como los "hechizos de mantel", sobre los que Vicente me contaba que antes, con su característica curiosidad, trataba de sacar el mantel de la mesa, sin mover los platos. La primera vez que se rompieron todos, apareció el verso inspirador de esta canción. Porque los momentos son sus escuelas y universidades: a menudo escapaba del colegio para irse con alguien a aprender acordes.

"Vienen" nos cuenta una serie de convicciones de gente mayor, que Vicente tuvo desde muy pequeño. Y usando la melancolía como anestesia, cuestiona la verdad, a Dios, el paso del tiempo, advirtiendo que pronto saldrá el sol y con él amanecerá también la mentira y los matices que colorean cada día, cada vida.

Luego entra la más contagiosa, cruel y absurda al mismo tiempo: "A los Ojos". En una progresión un poco más oscura que las anteriores, ritmo caliente, aparecen disparos con despecho como "mi corazón es un reflejo donde tú ya sobras", pero también "tu boca, tu boca en mi bicicleta", como burlándose un poco de quien busca descifrar algo cuando lo miran a los ojos.

Después de ese mareo entra el bolero. Simple, romántico, melódico, el violín nos pasea por épocas, por ciudades, por imágenes sepia, mientras el resto de la banda baila en un salón en puntillas, dejando protagonismo a la voz.

Y por fin, llega mi favorita, "Súfreme con Imaginación". Confieso que me gustaría ser su autor. Porque ya lo dijo el poeta Nan, "no se puede cambiar el pasado, sino el punto de vista con que se mire", y Vicente sugiere con feelin' y misterio "súfreme con imaginación, canta este tango, querida, que es nuestra única salida". Sin duda, una canción seductora, violenta, agradable, pícara, en la que aparecen -a mi juicio- las mejores frases del disco; "a veces no sirve ningún poema, para decir Dios, dicen amor y no es tan bestia el corazón de todos".

Habla de la guerra del corazón, de la vieja escuela, de olvidar el sufrimiento de la caída y morir por otra vida. Recuerda que puede morir en otra alma y que el final, mientras esté vivo, lo podría decidir él.

La recta final del disco arranca con "Tiernas Promesas", la más larga y artesanal, de lenta melodía, con un sentido violín que emociona al final con un repetitivo "canto" que agotaría el hombro del músico más corpulento, pero que se pone a la medida la ropa más tierna. Regresa a su lado más romántico e ingenuo.

Empieza a despedirse cantándonos qué significa "Ser del Sur", se explica a sí mismo, deja claro que su música es el cordón umbilical que lo mantiene atado a su origen. Por supuesto, entran Jara y la Violeta, decreta que el sur está dentro de todos, se pregunta quién es, quién fue y quién no será.

Y cierra con teatro, cabaret y sentido del humor, en Jajajajajá. Traté de convencerlo de que sobra el acento, pero cómo lograrlo en la más irreverente del disco, en la que pone su nombre y actitud. "En la calle, codo a codo, somos mucho más que codos", "y si de pronto dormimos, explota el mundo", "pero el alma guardada siempre en el baúl". Entonces, entra una risa nerviosa, rara, loca. Escucharla es como caminar por su espacio más psicopático.

Es raro, porque es el disco de un jovencito que no es moderno. Pero no es tan viejo como para ser anticuado. Es uniforme, pero tiene sorpresa, sube un escalón, nos da la razón para pensar que Cifuentes evoluciona, que el tiempo pasa y él crece, aprendiendo qué no quiere ser y tratando de descubrir hacia dónde va su mundo con tanta prisa.

Vicente ha vivido mucho en poco tiempo y ya sabe reírse de sí mismo.

Jajajajajá digo y siento, escucho lo que siempre: Vicente... Y AL REVÉS.

miércoles, enero 04, 2012

Cómo veo el RDock

2011 y rock hecho aquí.


Creo que el rock dominicano atraviesa su época más prolífica. Recuerdo la etapa en que bandas como J.L.S., Guaitiao, Tabú-Tek, Tribu del Sol, Poket, Al Jadaqui y el eterno Toque Profundo escribían a base de discos y conciertos, una página memorable de la juventud contemporánea, creando el movimiento rockero en la gente, cosechando público, orejas que no se conformaban con sólo los hits tropicales.

Sin embargo, lejos de un grupo élite, hoy abundan las agrupaciones, solistas, reencuentros, discos, videos, aumenta la calidad técnica, la composición se nutre de letras mejor construidas, conceptos interesantes, y aún así, el desafío es cada vez más complejo.

La segmentación de la radio es tan necesaria para el público, como cruel con el rock. Apenas un par de emisoras colocan en su programación el material criollo. En las demás, basta escuchar una batería o una distorsión para que se termine la reunión de entrega de un sencillo.

Entonces los artistas tienen que recurrir a las redes sociales, blogs y páginas de internet en las que se descarga su música, con una estrategia de comunicación que se va desarrollando sobre la marcha, con la inversión de su propia crisis, en cada promoción, en cada concierto. Porque distinto al dembow o la bachata, no hay tantos productores ejecutivos ni managers relacionados al género, ni aparecen a menudo marcas que muestren importante interés de patrocinio funcional, más allá de poner un logo en el flyer.

Por eso, lo normal es que a un artista alternativo le cueste salir de su ciudad y llevar su trabajo a más dominicanos, y ni hablar de sostener una serie de eventos gracias a la colaboración de músicos y técnicos.

Aún así, hay cada día más material digno, y me atrevo a decir que en el rock local se han estado haciendo las mejores canciones dominicanas de los últimos diez años, a pesar de que Acroarte no les considere como compositores a la altura de El Cata o Joe Veras.

Así que tienen que hacer marketing sin un mercado definido, aún no sabemos si el público de los artistas de rock es rockero, si es seguidor de esa especie de movimiento, o si cada banda tiene su público específico y divorciado absolutamente de los demás. Es de los pocos géneros que se somete constantemente a cuestionamientos por su supuesto grupo de seguidores, con una crítica comparativa en sonido, concepto e innovación relacionada a las bandas internacionales más grandes (y multimillonarias), quedando los artistas locales en el limbo, a expensas de que oídos curiosos busquen y aprecien.

Pero el panorama, lejos de ser un monstruo invencible, es sólo una constelación de obstáculos que serán fáciles de vencer, porque lo más importante, que es la música, se trabaja con cada vez más seriedad, pasión e identidad, aparte de que hay cierta conciencia del manejo de imagen, pues una gran parte de los rockeros se relaciona permanentemente con los medios de comunicación y la publicidad. Nada que una buena planificación estratégica e inversión importante no puedan resolver.

Por algo, los rockers son los primeros a quienes se llama cuando hay que generar apoyo a una causa social, en las que generalmente se aglomera una gran cantidad de personas que demuestran conocer y apreciar su trabajo. Entonces, queda entre una serie de interrogantes, el cómo lograr que esos miles de personas mantengan una relación de fidelidad con estos artistas que ya le cantan a las cosas de interés de todo el pueblo.

Y entre las luces al final del túnel, está el hecho de que artistas populares, sobre todo los merengueros, quieren ser cada vez más rockeros. Recordemos que en los últimos dos años, varios de los conciertos más importantes consistieron en este particular "crossover", con gente como Los Hermanos Rosario, Eddy Herrera, Toño Rosario, entre otros, arriesgando el baile por querer despertar esa guitarra eléctrica que llevan en algún lugar por dentro. Sin embargo, todos han hecho lo mismo: arreglar sus canciones en rock. Simple.

Entonces la prensa tiene que jugar un papel más consciente del arte, escuchar, observar, asistir, detenerse a escribir sobre la instrumentación, las sorpresas que aguardan en algún compás, el planteamiento conceptual, y muchos otros detalles. Aunque hay una minoría de periodistas con categoría y sentido común, la mayoría debe cuanto antes entender la importancia de su papel en la educación artística de la gente, tienen que ser menos farándula y más arte. No es sólo publicar que salió un disco, es analizarlo, mostrar sus matices y objetivos. Los cronistas de arte deben entender que la calidad es más importante que la fama.

La búsqueda de la fama vacía le ha hecho mucho daño a todos los géneros musicales. Si no, pregúntenle al merengue, al hip hop, o a la bachata que evoluciona con tanta lentitud. Un cantante de hip hop sabe que si hace una canción buena, debe hacer cinco que no le gustan para tener éxito. A eso le llamo desconstrucción.

Escuchar a Pablo Cavallo, Diego Mena, Los Violetas, Cerobit, Nelson Poket, Poolpo, Bocatabú, Zoom, Vohké, Toque Profundo, Juango Dávalos, Sociedad Tabú, Alex Ferreira, Sociedad Anónima, Marel, Pavel, El Trío, Nux, Bar Calavera, Marte O Venus, Vicente, Rob, Covi Quintana, Teriyaki, Las Acevedo, La Kereya, Jaime, Kaim, y un montón que seguro estoy olvidando en este instante, es de alguna manera darle sentido a quienes lo dieron todo por una mejor canción hace décadas, es proteger la intención de grandes como El Terror, Patricia, Xiomara, Toné, de dejar una huella medible en el futuro. De lo contrario, la música que nos definirá como época, será sólo mambo violento.