lunes, febrero 28, 2005

Lagarto

Viniste con tantas caras y jeans diferentes, que ya no sé con qué me vas a saltar. Nunca imaginé esta espera. El ruido me reinventa, la calle es ahora una pared y yo un lagarto que cambia de color para disfrazar un poco la soledad. Entras y sales de vez en cuando. Una vez con la piel morena, otra vez blanca, rubia, con nombres, oficios y recreos distintos. Y ahora que miro tu caligrafía descubro que nunca has entrado demasiado. ¿Qué será lo último que pierde la esperanza misma?

No sé, pero me acostumbré a vivir a expensas de tu juego. Las garras de los gatos más jóvenes siguen siendo garras. Y ahora, casi sin darme cuenta, Soy un cadáver de lagarto que se mueve por las patadas de tus manos. Cuando aprendí a vivir, ya era demasiado tarde.

4 comentarios:

yamita dijo...

cada uno intenta el mimetismo de acuerdo a su necesidad... sabías que escribí uno también que se llama "Lagarto", leelo pa que me entiendas.
Bexitos Janio querido

Janio Lora dijo...

Sí, me había percatado de la coincidencia, cuando días después de terminarlo, lo vi en tu blog. Me alegré mucho. Este tiene otro título, "Demasiado Tarde". Qué interesantes, los lagartos. Tienen vidas llenas de asesinatos.

Montirul dijo...

Vi tu coment.. A qué te referias..?

Anónimo dijo...

fico entusiasmado com a vossa febrilidade cultural
aqui em portugal queremos connhecer a vossa musica e cinema
as nossas linguas nao sao muito diferentes para a frente com a vossa musica
vitor